b) En el caso de la prohibición a cortarse el pelo, en la antigüedad se consideraba una vergüenza que un ciudadano tuviera el pelo tan largo como el de una mujer. Esa humillación era una prueba de la buena voluntad para resistir en su FE y seguir siendo leal a los mandatos divinos.

En los tiempos actuales, el avance del materialismo, el ateísmo, la cultura de los excesos, dirigido contra lo sagrado, es consecuencia que al pronunciarse el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, este puede ser objeto de burla, desprecio, desidia. Encontrar quienes difunden el Evangelio fuera de los templos, es algo atípico, extraño y hasta considerado bizarro. Ese es hoy el desafío para los Nazareos; esa es la “vergüenza” a superar por ser los difusores de algo que muchos ya no quieren oír.

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16)

c) Para el Nazareo de la tradición hebrea, al cumplir su misión de mostrar el camino del servicio a Dios, ha de estar alejado de la muerte.

Con el paso del tiempo, la vida de los Hombres ha cambiado mucho: En el mundo antiguo se convivía con la muerte todos los días, donde fallecían familiares cercanos, por enfermedades, guerras, partos, accidentes. En cambio, en el mundo actual el Hombre no esta acostumbrado a presenciar la muerte: le teme mas que nada en el mundo .. más que a Dios mismo que lo tiene relegado como algo a lo que un día habrá que “hacer las paces”.

La muerte en el mundo antiguo nos rodeaba, pero esta era considerada solo una etapa en la vida de las personas, puesto que le sobrevendría la verdadera Vida. La oración, el ayuno, las ceremonias a los difuntos eran acciones de todos los días. En cambio, la muerte en las grandes urbes es una excepción en nuestras vidas, algo extraño, triste, que nos desconcierta, que nos es lejano en la mayoría de los casos.

El Nazareo en los tiempos actuales, ha de volver sobre la Muerte: convertirla en una realidad al que todos estamos destinados a afrontar. Enseñar que es indigno aferrarse desesperadamente a una vida física, como el límite de todo lo existente.

• Ha de enseñar que en la Muerte no termina todo, sino que es el inicio de algo mayor.
• Ha de enseñar que toda persona debe estar preparado para ese momento que es como el cruce de un puente, al que inevitablemente lleva a otra orilla donde se inicia una nueva etapa.

Recuperar el significado de la Muerte en nuestras vidas, es recuperar todo lo que a ella rodea: la lucha contra los excesos, la oración continua, la santificación de las fiestas en recuerdo a quienes lucharon por difundir el Evangelio, abrir los oídos del corazón para escuchar aquello que Nuestro Señor Jesucristo – que nos espera en la otra orilla- nos ha dicho que hemos de aprender para alcanzar el Reino de los Cielos.

La nueva regla del Nazareo Cristiano es apartarse de aquella gente impura, que busca con su malicia apartar al Nazareo de su misión (2 Corintios 6:17).